¿Qué nos hace diferentes de las máquinas?
La identidad vista como patrón (y no como un flujo ininterrumpido)
Patrón de información:
Bach concibe la mente (y la conciencia) como un patrón de organización que se “ejecuta” sobre un sustrato físico (nuestro cerebro, con sus neuronas) o incluso sobre otro tipo de hardware, siempre que pueda reproducir el mismo conjunto de procesos.Diferencia entre ‘ser’ y ‘estar consciente’:
Para Bach, ser uno mismo no depende de mantener un hilo continuo de conciencia minuto a minuto, sino de que, cada vez que se recrea ese mismo patrón, “tú” vuelves a existir. Ejemplo: cuando te duermes y pierdes la conciencia, no desapareces; tu cerebro conserva la estructura que te define, y al despertar, ese patrón “se reactiva”. Piensa en los agentes orquestados y como se coordinan.
2. El “sustrato” y las condiciones necesarias
No importa tanto la materia en sí, sino la forma en que se organiza:
Para explicar que “existes dondequiera que se cumplan las condiciones para tu existencia”, Bach se refiere a la hipótesis de que podrías teóricamente ser reproducido en otra máquina o cerebro, si se replicasen fielmente los procesos que te hacen “tú”.Analogía con el software:
Si piensas en un programa de computadora, puede “pausarse”, “copiarse” y volver a “correr” en otra máquina siempre que la arquitectura soporte ese programa. Para Bach, la mente es un software autorreforzado, y mientras pueda ejecutarse bajo las reglas físicas apropiadas, existes como ese patrón.
3. Por qué la “continuidad” no es imprescindible
Despertar, anestesia o lagunas mentales:
Nuestra conciencia no siempre es continua (hay momentos de sueño profundo, estados de inconsciencia o anestesia); sin embargo, al “retomar” el estado previo, sentimos que seguimos siendo los mismos.La “persistencia” reside en la capacidad de reconstruir la configuración:
Lo que tu cerebro (o cualquier otro soporte) hace es “restaurar” el patrón mental que te define. Para Bach, esa restauración es suficiente para la identidad. No es obligatorio que la experiencia sea un hilo inquebrantable, sino que haya la posibilidad de rearmar ese patrón para que “vuelvas a ser tú”
En pocas palabras
Joscha Bach argumenta que lo fundamental de la identidad personal no es mantener un “flujo ininterrumpido” de conciencia, sino la capacidad de restaurar o recrear aquello que hace que seas tú. Mientras el patrón de conexiones y procesos —la esencia de lo que “corres” como mente— pueda manifestarse, tu “yo” existe. Por ello, incluso si hubiese cortes o interrupciones, la identidad permanece en potencia siempre que se cumplan las condiciones que reactivan el mismo patrón.