Tipos de suerte
La suerte puede clasificarse en cuatro tipos fundamentales: suerte ciega, suerte del movimiento, suerte de la conciencia y suerte de la singularidad.
En su obra "Chase, Chance, & Creativity: The Lucky Art of Novelty", publicada en 1978, el Dr. James Austin, un prominente neurólogo, explora el concepto intrigante de la suerte y su naturaleza multifacética. Según Austin, la suerte puede clasificarse en cuatro tipos fundamentales: suerte ciega, suerte del movimiento, suerte de la conciencia y suerte de la singularidad.
El primer tipo, la "suerte ciega", es completamente incontrolable e impredecible, pues se relaciona con factores que escapan a nuestras manos, como el lugar y las circunstancias de nuestro nacimiento o los imprevistos "actos de Dios". Estas variables, verdaderamente aleatorias, dictan nuestra suerte y a menudo delinean la dirección de nuestras vidas sin que tengamos alguna influencia sobre ellas.
Por otro lado, la "suerte del movimiento" nos pertenece más directamente, ya que depende de la energía y el dinamismo con que nos movemos en el mundo. Austin sostiene que a través del movimiento constante, creando interacciones y colisiones en el ecosistema de nuestras vidas, aumentamos nuestra "superficie de suerte", lo que nos abre la puerta a más eventos afortunados.
A continuación, encontramos la "suerte de la conciencia", un tipo de suerte profundamente arraigada en nuestra comprensión de un campo específico. Esta suerte nace de nuestra experiencia y conocimiento, nos permite detectar oportunidades afortunadas de manera más efectiva y ubicarnos en posiciones de donde es más probable que nos llegue la suerte.
Finalmente, la "suerte de la singularidad" se refiere a la suerte que nos atrae debido a nuestra unicidad, a nuestras peculiaridades individuales. Aquellos con estilos de vida distintivos, pasatiempos únicos, o comportamientos particulares, según el Dr. Austin, son favorecidos por este tipo de suerte que busca activamente a aquellos que son genuinamente únicos.
De manera personal, Austin sugiere que los primeros tres tipos de suerte aparecen en etapas de nuestra vida: el tipo 1 predomina en nuestros primeros años, el tipo 2 en nuestros años activos y aventurados, y el tipo 3 emerge a medida que adquirimos experiencia y conocimiento. En contraste, el tipo 4 de suerte no está ligado a la edad, sino a nuestra autenticidad e individualidad.
En esta búsqueda de suerte, Austin nos propone una guía: la "Navaja de la Suerte", un principio que nos aconseja tomar el camino que tenga un área de superficie de suerte mayor. La implicación de este principio es clara: nuestras acciones pueden y deben colocarnos en una posición donde es más probable que la suerte nos encuentre. En lugar de esperar pasivamente la suerte, Austin nos insta a participar activamente y buscar oportunidades de aprendizaje.
La clave para aumentar nuestra superficie de suerte es simple: amplíe sus horizontes. Converse con mas personas, envíe más correos electrónicos en frío, comparta sus pensamientos en público, participe en comunidades digitales y busque siempre aprender, incluso si eso significa sentirse como el menos informado en una habitación.
La suerte puede adoptar muchas formas, desde la suerte ciega y la suerte del movimiento hasta la suerte de la conciencia y la suerte de la singularidad. Según Austin, nuestra tarea es entender estas formas y buscar activamente la suerte en todas sus manifestaciones.